se

Esta partícula se emplea:

1.º Para expresar la voz pasiva, v. gr.: Propúsose la transacción por los árbitros; La casa se quema.

2.º Para dar a las sentencias el carácter de impersonales, v. gr.: Se dice, Se supone, Se detesta a los malvados.

3.º Para componer los verbos llamados recíprocos, v. gr.: Escudarse, amarse.

4.º Para determinar y singulizar (usado junto y antepuesto a los otros pronombres me, te, le) la acción del verbo a la persona que significan los otros pronombres, v. gr.: Se me hacía recio creerlo; Se te mostró patente; Se le cayó un jazmín de la frente.

Cuando decimos "El hombre se ama" evidentemente queremos expresar que

"El hombre ama naturalmente al hombre."

Se reproduce, pues, en la oración, como objeto u como término de ella, la idea del sujeto individual expresado por el nombre que rige al verbo, o por su pronombre de tercera persona ("Él se ama"). En cuyo caso se es pronombre personal de la tercera persona en caso oblícuo y acusativo.

Helo aquí dativo: "El hombre se tiene amor"; donde amor es el acusativo. Descartemos de esta oración todo nombre ¿qué pondremos en lugar de amor? el acusativo del pronombre que le corresponde; y tendremos "Él se le tiene."

Poseemos, por tanto, en nuestra lengua dos acusativos, diferentes cuanto indispensables, para significar la tercera persona gramatical; se, cuando la que hace y la que padece es una misma idéntica persona real, un mismo individuo; y le, cuando la que hace es una, y la que padece es otra: con esta circunstancia curiosa de notar, que si para la distinción de ideas diferentes tenemos respecto a la tercera persona gramatical palabras distintas que las signifiquen, para la primera y la segunda persona, en que no se corre el riesgo de equivocación, no tenemos sino una sola voz. Los siguientes ejemplos lo harán patente:

"Él se ama (una misma persona: la tercera gramatical)."

"Él le ama (dos personas distintas: el que ama, y el que es amado)."

"Yo me amo, Tú me amas, Él me ama; Tú te amas; Yo te amo; Él te ama" (donde me y te son invariables, y siempre denotan de un mismo modo, aunque con toda claridad, la persona que hace y la persona que padece).

Significando el acusativo se la tercera persona como término pasivo de su propia acción, el agente y el paciente aparecen en esta forma de oración ser uno mismo: un mismo, solo, único e idéntico individuo; y de estar así en una misma persona la activa y la pasiva, viene sin duda el haber adoptado nosotros esta forma como suplemento de la voz pasiva, de que carece nuestra declinación verbal. Esta especie de pasiva es muy usada en castellano:

"Para vulgares penas se hizo el llanto."

A este modo decimos: "El libro bien escrito se lee con gusto y el libro no se lee, que es leído: "Fulano se enterró en tal cementerio" y nadie se puede enterrar a sí mismo estando muerto. Estos dichos pues serían absurdos, a no tomarlos por pasiva. Por eso los escritores esmerados, cuando quieren hablar con rigurosa propiedad y exactitud filosófica, suelen usar de la forma pasiva propia castellana, a distinción de esta adoptiva: y así dicen:

"Muchos hay que se humillan fácilmente; y pocos que lleven bien ser humillados." JUAN EUSEBIO, Epíst. morales.

A cuya causa las siguientes frases originan confusión.

"Se ríen (son reídas, se ríe el lector de) las ocurrencias del primero." CLEMENCÍN. Donde también pudiera haberse dicho: Causan risa, son muy para reídas, etc.

"Mandó en seguida que se reservase a Tomalá y se entregasen (fuesen entregados) los otros a los indios tumbecinos." QUINTANA.

"Y que el señor del castillo era un follón... pues de tal manera consentía que se tratasen (que fuesen tratados, que se tratase a) los andantes caballeros." CERV.

Se usado para significar la propia persona cuando rige el verbo y recae en ella la acción del mismo, está tomado del latín.

Se usado en los verbos impersonales, no sé de donde procede, ni cual de las lenguas que han originado parte en la formación del castellano ha podido darle origen. El vocablo on que para este caso usan los franceses, se entiende muy bien, como en seguida veremos; pero nuestro se de la pasiva impersonal es un verdadero misterio, porque difiere grandemente de se en sus otros oficios y acepciones.

Algunos han llamado recíproco al pronombre se porque en ocasiones le tenemos por tal, aunque gramaticalmente no debiera serlo. Cuando decimos: "El hombre y la mujer se aman" ¿qué debemos entender según lo dicho en el II? Debemos entender que:

"El hombre se ama" y "la mujer se ama"; en sustancia, que cada cual se ama a sí.

Y sin embargo, por valor entendido, convenimos y estamos en que se dice:

"El hombre ama a la mujer; La mujer ama al hombre"; esto es, "La mujer y el hombre se aman entre sí, mutua y recíprocamente."

En esta proposición:

"Tarde se arrepienten los necios" se ve patente la inexactitud de la denominación recíproco; pues repugna no menos a la experiencia que al sentido el decir que los necios se arrepienten recíprocamente, o unos a otros.

Los franceses usan de se en los mismos casos y con el mismo valor gramatical que nosotros; pero tienen además un pronombre indefinido que nosotros hemos perdido, y es on: pronombre que designa la universalidad de las personas de un modo vago e indeterminado, sin distinción de sexo.

On es alteración del latín homo que sucesivamente fue hom, home, homs, hon, hons, om, ome, onme, ons, on. De aquí, en francés, "On peut être honnéte" que vale en realidad "El hombre, los hombres pueden ser honrados." Nosotros, en lo antiguo, hemos podido decir a este modo: "Home (hombre) puede ser honrado"; y hoy mismo se dice en Asturias (lengua bable) "Homo puede ser honrado": pero, perdida con el tiempo esta manera de expresarse, tenemos que apelar a se, a uno, a hombre con artículo, o al plural de los verbos en presente de indicativo para expresar el mismo concepto. V. gr.:

Se puede ser honrado; Puede uno ser honrado; Puede el hombre ser honrado; Podemos ser honrados, y hacer malos versos.

El último modo es el más castizo, porque es también el más exacto. Y en efecto, cuando decimos:

"Podemos ser honrados" sobrentendemos por la elípsis los hombres; y la locución Podemos los hombres vuelve exacta y filosóficamente el carácter indefinido y vago del on francés.

Por el contrario, el primer modo ("Se puede ser") da siempre a la frase un sabor galicano que repugna a nuestra lengua, porque realmente desdice del valor gramatical propio de se.

Pondré algunos ejemplos tomados al caso de libros modernos españoles.

"Se puede estar solitario en el mundo, y acompañado en el desierto."

"Se tiembla ante la muerte, y no se tiembla ante los vicios y excesos que la anticipan."

"No se es siempre criminal por parecerlo." Frase bárbara que se puede decir gallardamente en castellano de muchos modos:

No siempre es uno criminal por parecerlo.

No siempre, por parecer criminal, lo es uno siempre.

No por parecer criminal, lo es siempre.

No porque parezca uno criminal, lo es siempre.

No siempre es el hombre criminal porque, o aunque lo parezca.

No siempre, porque parezcamos criminales, lo somos, o somos tales.

No siempre es criminal quien lo parece.

Una cosa es parecer criminal, y otra serlo.

Uno es parecer criminal, y otro serlo (restableciendo el oficio nuetro de otro).

No es lo mismo ser criminal que parecerlo.

Va mucho de parecer criminal a serlo; y no quedan agotados.

"Se ama poco (amamos poco) a quien no se atreve a amar a nadie."

Otras veces se es galicismo por otro concepto. V. gr.:

"El que se juzga ser más grande es en ocasiones el más pequeño."

Ser está de más en castellano: se juzga es anfibológico. Dígase, pues:

El que es tenido, o juzgado por mayor, suele ser en ocasiones el más pequeño.

"La parte material de este proyecto (leo en el prospecto de una novela contemporánea) será fielmente desempeñada como se tiene probado en los compromisos que se han contraído... No se cree conveniente inventar patrañas para adquirirse muchos suscriptores."

Puesta en castellano esta jerigonza, será:

La parte material de este proyecto será desempeñada, como hasta aquí, con la exactitud que hemos (o he) acreditado en anteriores compromisos...; pues a nada conduce inventar patrañas para adquirir muchos suscriptores.

Recurso: Diccionario de galicismos on Buho.Guru

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  1. se — 1 pronombre de tercera persona, masculino y femenino, singular y plural. Indica objeto indirecto y sólo se usa cuando hay un pronombre de objeto directo combinado con él; si no, es le. Por ejemplo, se lo dio, se los dio, se lo gritó. Diccionario del español usual en México
  2. se — Forma de pronombre personal de tercera persona Diccionario del castellano
  3. SE — abr.Solidaridad Espaρola Diccionario de abreviaturas
  4. SE — Sin especificar. Diccionario de siglas medicas
  5. Se — Símbolo del selenio. Diccionario médico